Por
Michelle Félix
La
palabra beso proviene del latín Basium –acción de besar- que significa tocar
algunas cosas con los labios contrayéndolos y dilatándolos suavemente, para
manifestar amor, amistad, o reverencia.
Dar besos
profundos provoca un incremento de saliva que ayuda a eliminar bacterias de la
boca, disminuyendo el riesgo de sufrir caries y mal aliento.
Para un
beso simple se utilizan 2 músculos. Un beso apasionado utiliza 34 músculos de
tu cara.
Investigaciones
demostraron que besar mejora la piel, ayuda a la circulación, previene las
caries e incluso puede aliviar los dolores de cabeza.
Una historia
dice que los besos tal y como los conocemos se originaron en la era medieval, cuando
los hombres regresaban a sus hogares de las batallas, “besaban” a sus esposas
para saber que habían estado bebiendo en su ausencia.
El primer beso de película fue entre John C. Rise y May Irwin en el film
titulado El beso en 1896.
Al besar cerramos los ojos debido a que se produce una gran dilatación
en las pupilas y el cerebro nos impulsa a entornarlos.
El 45% de
los hombres afirman que un beso realmente largo y apasionado los pone
inmediatamente listos para tener sexo.
Dos de
cada tres parejas giran sus cabezas a la derecha cuando se están besando.
En
algunas tradiciones religiosas orientales, el beso es una forma de dar y
recibir energía espiritual.
Antiguas
tribus africanas consideraban un peligro besarse pues creían que el alma se les
podía escapar por la boca.
La tradición
de ¨besar a la novia¨ después de la boda
proviene de la Edad Media, en la que la gente firmaba contratos legales
escribiendo una “X” en los documentos y después se besaban para comprometer su
honor.
En la Italia medieval si a una pareja se le
atrapara besándose, se les obligaba a casarse.
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