Por Michelle Félix
El estrés es una reacción fisiológica de
nuestro organismo en el que los mecanismos se ponen en alerta para afrontar
situaciones amenazantes, es una respuesta natural y necesaria de nuestro cuerpo,
pero cuando ocurre una sobrecarga de tensión en el, ocasiona lo que en el siglo
XXI, conocemos más como una enfermedad dañina.
Con la vida tan ajetreada que vive
el hombre moderno es normal que sintamos
esa ansiedad continua que después nos
lleva al estrés, este mecanismo de defensa es para situaciones de corto plazo,
no para acostumbrarnos a él como suele suceder, hasta llegar al punto en el
que, es algo común escuchar que hay alguien estresado, o tú mismo sentirlo,
pero ¿te has dado cuenta de lo peligrosa que puede ser, si no sabemos
controlarlo?
El origen del estrés se produce en el
cerebro, cuando reconoce peligro y reacciona a lo que está pasando a nuestro
alrededor. El estrés crónico se encuentra estrechamente ligado con los
trastornos de ansiedad, enfatizando que la ansiedad es otra reacción de supervivencia
que utilizamos, pero cuando se presenta de forma excesiva al sentir tristeza o
ira, se convierte en una enfermedad más que puede alterar la vida de las
personas. La mayoría de la población padece de este fenómeno, desde los más
chicos hasta los más grandes por lo que se ha convertido en un problema de
salud pública, que diariamente, produce
miles de enfermedades y muertes.
Varios estudios han demostrado que el
estrés crónico puede ser causado por un mal manejo de los condiciones
organizacionales, el
encierro prolongado, el caos vehicular, la frustración, la tensión constante,
intolerancia, el exceso de trabajo, los episodios de tristeza, las malas
relaciones, el entorno donde se suele estar, la mala alimentación y la presión
son algunos factores importantes que afectan a nuestra salud de una manera
significativa.
Algunas reacciones en nuestro cuerpo que
puede provocar el estrés son dolores de cabeza, insomnio, indigestión,
salpullido, palpitaciones rápidas, diarrea, estreñimiento, presión sanguínea
alta, aumento o descenso de peso, alteración en nuestro sistema nervioso, entre
muchas otras. Tal vez parezcan enfermedades sin importancia alguna, pero hay
que cuidarnos de cualquier actividad que pueda dañar a nuestro organismo.
Para evitar este trastorno que va en aumento en la
sociedad se aconseja, tomar tiempos al
aire libre, relajaciones, meditaciones y ejercicio, pero sobre todo poner un
alto o una solución a esa actividad que nos está causando el estrés crónico.
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