jueves, 22 de noviembre de 2012

¡No Te Estreses!



Por Michelle Félix



El estrés es una reacción fisiológica de nuestro organismo en el que los mecanismos se ponen en alerta para afrontar situaciones amenazantes, es una respuesta natural y necesaria de nuestro cuerpo, pero cuando ocurre una sobrecarga de tensión en el, ocasiona lo que en el siglo XXI, conocemos más como una enfermedad dañina.

Con la vida tan ajetreada que vive el  hombre moderno es normal que sintamos esa ansiedad continua  que después nos lleva al estrés, este mecanismo de defensa es para situaciones de corto plazo, no para acostumbrarnos a él como suele suceder, hasta llegar al punto en el que, es algo común escuchar que hay alguien estresado, o tú mismo sentirlo, pero ¿te has dado cuenta de lo peligrosa que puede ser, si no sabemos controlarlo?
 
El origen del estrés se produce en el cerebro, cuando reconoce peligro y reacciona a lo que está pasando a nuestro alrededor. El estrés crónico se encuentra estrechamente ligado con los trastornos de ansiedad, enfatizando que la ansiedad es otra reacción de supervivencia que utilizamos, pero cuando se presenta de forma excesiva al sentir tristeza o ira, se convierte en una enfermedad más que puede alterar la vida de las personas. La mayoría de la población padece de este fenómeno, desde los más chicos hasta los más grandes por lo que se ha convertido en un problema de salud pública, que  diariamente, produce miles de enfermedades y muertes.

Varios estudios han demostrado que el estrés crónico puede ser causado por un mal manejo de los condiciones organizacionales, el encierro prolongado, el caos vehicular, la frustración, la tensión constante, intolerancia, el exceso de trabajo, los episodios de tristeza, las malas relaciones, el entorno donde se suele estar, la mala alimentación y la presión son algunos factores importantes que afectan a nuestra salud de una manera significativa.

Algunas reacciones en nuestro cuerpo que puede provocar el estrés son dolores de cabeza, insomnio, indigestión, salpullido, palpitaciones rápidas, diarrea, estreñimiento, presión sanguínea alta, aumento o descenso de peso, alteración en nuestro sistema nervioso, entre muchas otras. Tal vez parezcan enfermedades sin importancia alguna, pero hay que cuidarnos de cualquier actividad que pueda dañar a nuestro organismo.
 
Para evitar este trastorno que va en aumento en la sociedad  se aconseja, tomar tiempos al aire libre, relajaciones, meditaciones y ejercicio, pero sobre todo poner un alto o una solución a esa actividad que nos está causando el estrés crónico.





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